El 18 de mayo el Bayern ganó su séptimo título consecutivo en la 1. Bundesliga al terminar dos puntos por encima del Borussia Dortmund. En un momento en el que el fútbol europeo estaba infestado de antisemitismo y racismo, los ultras del Bayern actúaron conforme a su pasado – ya que el club fue calificado por el régimen nazi durante el holocausto como «el club de los judíos»-, recordando la noche de los cristales rotos.